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Por un sistema de «cupones de descuento» que aporte valor para todas las partes

Me contaban -hace un tiempo- los efectos de los grupos de compra por la Red. Convocas a quien quiera comprar un producto y si acuden 300 personas, seguro que lo vas a conseguir a un precio reventador. Es lógico, se consiguen descuentos superiores a los que un distribuidor tiene normalmente. Este sistema es puntualmente lucrativo para la tienda, atractivo para los compradores, pero a medio plazo no es sostenible para nadie. Los sistemas de compras agrupadas y de los cupones de descuento  no son buenos si sólo se orientan a conseguir un precio bajo. Sería diferente si se buscase mejor precio por un mayor valor aportado.

Se reúnen 300 potenciales compradores de una cámara digital de última generación de mil Euros en un centro comercial y piden precio a varias tiendas hasta conseguir un descuento de 40% ó más por la cámara, la tienda elegida estará contenta (ha conseguido una ampliación de descuento por parte del mayorista o fabricante de la cámara para poder llegar a ese nivel), pero ni ella ni el resto de tiendas de la provincia volverá a vender una cámara como la elegida en todo el año. No es el camino, no hay nada que ganar.

Los cupones descuento llevan la misma ruta. Te llegan ofertas de restaurantes, de comercios, de clínicas de estética y dentistas. Una magnifica cena para una pareja, un menú atractivo y un precio reventador en un restaurante donde su precio normal suele ser el doble o más. Luego viene la realidad: el menú sólo recuerda a lo habitual del sitio en el nombre, la carne parece cortada con una katana de Hattori Hanzo, todos los platos son para compartir aunque parezcan de ración. En fin, que no hay «duros a cuatro pesetas». Todavía hay más perjuicios, el resto de comensales (los de pago completo sin cupones) observa como se ha alterado el perfil de los Clientes, los que van con los cupones juran no volver puesto que no han comido bien, la empresa de cupones se queda una buena parte y al restaurante sólo se lleva perjuicios.

¿Por qué no tomamos la iniciativa directamente? Deberíamos ser más creativos e intentar dar una buena cena a un precio razonable, mediando economías de escala, imaginación y profesionalidad. Sí, ganando menos, pero que será siempre más que con los cupones y dejando mucho más satisfechos a todos. Lo único que se necesita es disponer de la máquina de promoción que es la causa principal por la que se acude a los sistemas de cupones descuento. ¡Qué pena que no se atrevan con las redes sociales!

Siempre hay que subir en la pirámide, si nos orientamos a llenar el local a cualquier precio llegaremos rápidamente a la casilla de salida. Siempre hay que pensar en aportar valor, en subir peldaños. Con qué frecuencia se nos olvida.

Escuchando estos día el proyecto de instalación de un gran complejo de juego en España, se aprecia -de nuevo- el error de orientación. Lo que necesitamos son fábricas de valor añadido (no de mano d eobra intensiva) que contraten ingenieros, economistas y técnicos cualificados, no casinos que contraten camareros y jardineros (con todos los respetos). Sería mejor que estos profesionales también fueran contratados por dichas fábricas. En la base de la pirámide del valor sólo hace frío…

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2 comentarios en “Por un sistema de «cupones de descuento» que aporte valor para todas las partes”

  1. Muy buen análisis. ¿Por qué tendemos con tanta frecuencia a preocuparnos del pan para hoy? Creo que la improvisación y la ausencia de un método de trabajo estructurado, adaptado y organizado tienen mucho que ver con que sigamos alejándonos de la realidad de mercado,
    Elena Vadillo

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    1. Elena, es posible que nuestro carácter latino nos lleve a ello. Tenemos un sentido de la vida que nos hace disfrutar más, pero en lo que se refiere al trabajo y al desarrollo profesional…el mundo protestante lo hace al revés. Supongo que todo tiene ventajas e inconvenientes.
      Estoy de acuerdo contigo.
      Saludos y gracias por el comentario,
      Rafael

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