Por más que me lo explican sigo sin entenderlo. Cómo puede ser que una empresa prefiera pagar el 90% del salario de un empleado durante doce (a veces quince) años en lugar de pagarle el 100% y que trabaje sus mejores años para la empresa. Sí, sí, conozco los argumentos básicos que ayudan a mantener esta política: son despedidos que no figuran en el paro, el estado paga sólo dos años de paro que compensa con una reducción en su pensión de jubilación, los jóvenes tienen más ímpetu que los que se prejubilan, se reducen mucho los gastos de estructura (oficinas, estructura de soporte, coche de empresa, otros gastos, etc.) en las empresas que prejubilan. Así y todo, sigo sin comprenderlo.
En la ley se dice que los puestos de los empleados tienen la condición de tener que ser amortizados, es decir eliminados en la práctica, pero es falso. Normalmente contratan a personal más joven (otra de las falacias que se comentan como justificante) a menor coste.
¿Es que el valor añadido de esos profesionales que llevan años en la empresa no es el adecuado como para pagarles para que no vayan a trabajar? Tal vez se trate de una treta contable que elimina un gasto de operación para darle otro tratamiento. No lo sé, pero quiero saber -de una vez- qué hay detrás de esta política. Una sociedad que permite que un profesional experimentado de 52 años de edad deje de trabajar es una sociedad que está pasando un problema laboral/económico a un problema social.
Los sindicatos tienen una gran responsabilidad en este asunto. Los profesionales del futuro merecen (y merecemos) unos representantes profesionales, al servicio del bien común de la sociedad y no de clases. La abolición de los sindicatos actuales será el primer signo de cambio.
Quisiera plantearles una serie de preguntas a los responsables políticos que consienten está injusticia social: ¿Han pensado sobre la alarma social que crean las prejubilaciones?, ¿cómo van a tratar el aumento de la edad de jubilación en los prejubilados?, ¿cuánto me cuesta las prejubilaciones?, ¿podrían hacer un servicio social como contraprestación?, ¿por qué son siempre las mismas empresas las que hacen el acordeón con el número de empleados cíclicamente?, ¿cuántos prejubilados hay en España y hasta cuándo tendremos ese gasto injustificado?
Hace años, en una presentación sobre gestión del conocimiento y del talento -en la que participaba un ponente de una operadora española de telefonía-, a mi lado había un ex trabajador de esa empresa que comentó para los asistentes que estábamos en un radio de dos metros: “si a los que sabíamos nos han despedido ¿qué conocimiento y talento van a gestionar?”
Este post no es una crítica a los profesionales que eligieron o no tuvieron más remedio que aceptar esta opción, va contra los que lo han permitido y alentado.