Ya he contado en alguna ocasión aquella anécdota que se relataba en un libro sobre la innovación que contaba cómo un rey de una tribu africana que veía por primera vez un puerto marítimo moderno en su propio continente y que estaba gobernado por los ingleses, fue preguntado sobre qué le había llamado más la atención. El jefe de la tribu, a pesar de haber máquinas de vapor, grandes barcos, todo tipo de mercaderías en multitud de carros, sólo citó que los plátanos que se transportaban estaban muy verdes. La consecuencia es clara: lo que no se conoce no te llama la atención.
En las empresas pasa algo parecido, hay un montón de sistemas y metodologías de gestión que cuando las cuentas son abrazadas fervorosamente aunque sean elementos que llevan en el mercado muchos años y ya no suponen novedad, pero como no se conocen no se aplican, ni siquiera se echan de menos. Claramente se necesita una actualización constante y el tema es que se han realizado muchos cursos y muchos masters, no sé por qué no ha calado. Tal vez la formación no se ha realizado de la forma adecuada y las ayudas a la formación han eliminado la intensidad y la voluntad de aplicar lo visto con interés, que es el objetivo de los cursos ¿No?
Dentro de la caja de herramientas que utilizamos los consultores hay una buena parte que deberían estar ya utilizadas en las empresas, pero no lo están. Estas herramientas y en el nivel adecuado para ponerse en práctica no suele adquirirse en la formación, por lo que la labor consultora puede cubrir esa función de actualización constante, puesto que esa es parte de la misión de un consultor, estar atento y actualizado de los avances en los sistemas de gestión y poder hacer esa transferencia a las empresas y su dirección.
Es un claro reto para el nuevo management. Las empresas -por su cuenta- pueden ir informándose (si algo está accesible en este momento es la información) y los consultores les podemos ayudar a su implementación. Este procedimiento puede ser el ideal para mantenerse actualizados y mejorar todos, incluidos los consultores.
Estupendo artículo y reflexión como siempre, estoy contigo, el principal problema de las empresas, o mejor dicho de las pymes de este país, es que ven la inversión en formación y mejora, como un gasto innecesario, no como una inversión de valor para asegurar su futuro, para el correcto y efectivo desarrollo del negocio, y por ende, de sus empleados.
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Alfonso estoy de acuerdo contigo, pero ¿Qué podríamos hacer? Necesitamos un salto de conocimientos y práctica o no saldremos del estado actual. Siempre me decepciona el hecho que no queramos competir en Europa. No podemos seguir compitiendo en precio.
Las empresas dicen que cuando «invierten» en los empleados se acaban marchando y pierden el capital, ¿cómo ayudar a cambiar esta visión en la práctica?
Es un círculo vicioso. Yo lo intento, pero es cansado…
Gracias por comentar y un saludo,
Rafael
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