En uno de nuestros posts comentábamos que el líder es el que te lleva al logro de los objetivos de una forma motivada, automotivada deberíamos decir. La verdad es que los líderes del mundo son los que inspiran a la acción de los profesionales de su entorno, de una forma voluntaria y motivada, como decíamos antes.
Es un tema natural. A los humanos nos gusta estar con gente que nos plantea retos asumibles, objetivos para los que tenemos capacidad y que marcan un juego para el logro de los objetivos que se comparte entre los miembros del equipo. Esa es la fuerza para el logro, pero todo radica en las ganas de contentar al líder demostrándole que podemos pertenecer a ese selecto grupo de profesionales. Pertenecer a una élite siempre es atractivo para sus miembros predisponiéndoles a luchar por mantenerse. No es manipulación, no hay engaño: ¡Somos así!
Con frecuencia no es fácil seguir a los líderes, son personas también y se olvidan del encargo que sus seguidores le han hecho, pero ese lado humano hace que los demás les vean más iguales a ellos reforzando los lazos relacionales y el compromiso mutuo.
No hay líderes de despacho, la demostración práctica de sus creencias, el asumir los mismos riesgos o superiores que proponen a sus seguidores son cuestiones básicas para un líder. Esos directivos que dicen lo que hay que hacer, pero que nunca comentan el cómo están en retirada. No hay fidelidades gratuitas, es una relación de dos direcciones.
Desde luego, el compromiso también es mutuo. Si algo o alguien quiere perjudicar a un miembro del grupo el líder se opondrá radicalmente, incluso corriendo el riesgo de perder su empleo. La condición de liderazgo no va con un contrato laboral, si pierde su puesto de trabajo seguirán considerándolo su líder y es de extrañar que el grupo se reúna en otro proyecto.
No son fáciles de encontrar en estos momentos. Actuar comprometidamente no es de estos tiempos de gregarios y followers. Si pone un líder en su empresa notará tensión, tal vez pierda poder informal, pero conseguirá llegar a la próxima etapa. La misión de los dueños es poner a los líderes en el área, orientación y función adecuada. Son como tuneladoras modernas, sólo hay que colocarlos en la montaña y punto correcto.