«Si mala fue la guerra, peor fue la postguerra», eso me ha contado siempre mi madre de la guerra civil española. Si no se había pasado ya bastante mal, llega la postguerra y te acaba de sacar el aliento. ¿Quién les iba a decir que después de la alegría por el término de la contienda venía lo peor? Ahora puede pasar lo mismo con la economía. Tras la crisis, la postcrisis puede ser peor.
Es como el vacío preconcursal que antecede a la caída financiera de muchas empresas que han visto desaparecer a su mercado y a una tesorería sostenible. No quiero hacer un planteamiento pesimista, pero a la despensa vacía de muchas empresas sólo se le puede sacar las baldas, no hay nada más que suene a material.
Es cierto que podemos decir que lo peor ha pasado, pero llueve sobre mojado y no hay capacidad de resistencia. Se preguntarán que cuándo voy a empezar el mensaje positivo, ahí va: ¡Acción! Haga lo que nunca se atrevió, ¿qué puede perder? No mire a su alrededor buscando una mano que le saque de las arenas movedizas, no hay nadie, sólo su carácter que le llevó a crear una empresa en un momento determinado. Despierte a esa fiera y vuelva a emprender. Siempre conviene recordar el significado de la palabra emprendedor tan manoseada en la actualidad. ¿Qué piensa que si no se es joven no puede ser emprendedor? Quien cambia sus recursos a un lugar donde puede sacar más rendimiento es un emprendedor. Si se ve atrapado entre los efectos de la crisis cambie de nuevo a una mejor posición. Está vivo y tiene experiencia y por tanto lo puede hacer. La edad no es impedimento para nada (siempre que no se trate de los 100 metros lisos).
La prueba del «9» del buen cambio es analizar si le suena que ya existe y en el caso de que no le suene a nuevo, a raro, a estupidez, es que no es bueno. Se trata de soñar, para qué impulsar algo que se ha hecho antes y de la misma forma. Empiece por establecer los elementos clave del negocio e introduzca -uno a uno- nuevas piezas hasta que comprenda que aquello tiene un formato innovador.
Todavía se ven muchas nuevas empresas que parecen innovadoras, pero que no lo son. Juegan con elementos nuevos, pero que no altera el motor de la empresa y que -además- cualquiera puede usar. No basta con introducir buzzwords para conseguir parecer innovador. El mercado y los miles de usuarios individuales que lo compone, no puede utilizar treinta aplicaciones para saber dónde están los restaurantes, hay excesivos intentos sobre los mismos supuestos. El plan de negocio es muy importante, pero la innovación que incorporas y las barreras de entrada existentes o que estableces lo son tanto o más que el plan.
Lo dicho, si te suena no lo intentes. Sólo si te parece un sueño es una buena apuesta para darlo todo.
Reblogueó esto en aquí no llueve sobre mojado 3.0.
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Vision Research: Needs, Gaps and Opportunities
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Ahí estamos muchos. Sólo falta la pasta para empezar.
Saludos,
Rafa
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