
Cada día está más cerca el momento en que todo serán servicios y tiene todo el sentido. Cómo puede pagar lo mismo quién consume quince euros en cuarenta minutos que quién está con un café con leche toda una tarde. Todo va en el mismo pack, todos los gastos se pueden imputar en función del tiempo, así se puede asignar mejor el disfrute del local. Evidentemente, hay una serie de reglas que hay que cumplir (para aquellos que estén pensando en que se podrían beber seis pintas en tiempo record). Cinco peniques tienen la culpa, cada minuto que pases en el local. Obviamente, puedes sentarte en el interior sin sentir la necesidad de tomar nada. Huelga decir que los locales son muy atractivos y que la WiFi es gratuita y a 100Mb.
El invento no es inglés sino ruso y como dice su publicidad, fue fundado en Moscú por Ivan Meetin y -además de Rusia- se han extendido por Inglaterra, Alemania, hasta 14 locales. Ahora le ha llegado el turno a Manchester que ha abierto el primer café por tiempo.
En su interior se puede trabajar, relajarse, tomar café (cada vez que te apetezca), té, refresco de limón, fruta, jugos, pan, cereales y los biscuits, galletas, brownies que te puedas comer, charlar con los amigos, tener una reunión, descansar un rato, pasar una tarde, usar el ordenador, jugar, estudiar, realizar eventos, etcétera. Pasar el rato como uno quiera o necesite en un lugar agradable. Cada Cliente es un como un microinquilino. El nombre de la cadena es Ziferblat.
El precio es de tres libras la hora, pero se cobra por minutos. Cada uno se sirve los productos y al finalizar colocas el menaje utilizado para su lavado. Desconozco si hay variaciones por locales o si se puede llegar a acuerdos por grupos, horarios, etc.
Ya lo han adivinado, se requiere fichar al entrar y al salir. Recuerdo perfectamente cuando en las cafeterías de El Corte Inglés entrabas con un ticket que debías liquidar en las cajas al salir, pues prácticamente lo mismo, pero los motivos de cargo son los minutos que hayas estado y no lo que hayas consumido.
Dos tendencias se suman aquí, por una parte compartir recursos y por otra cobrar por el servicio no por los productos. Llevamos bastante tiempo comentándolo y cada vez se ven más casos reales y prácticos. No se quedará aquí, hasta los productos industriales cambiarán su formato de facturación, que no es por lo que te doy sino por lo que lo disfrutas.
En poco tiempo veremos como muchas de las cosas que compramos pasan a venderse como servicios, nuestro proveedor se asegurará que nunca nos falte, pero no nos cobrará por unidades sino por el servicio.
Para qué quiere un automóvil que se deprecia cada día y lo utiliza durante muy pocas horas al mes (salvo uso profesional), es una inversión fatal. Piénselo y lo comprobará. Yo sólo querría poder disponer de un coche cuando lo necesite a un precio adecuado que sería -seguro- mucho menor que la el de compra, financieramente hablando. Ya sé que hay otros componentes psicológicos, pero sólo son proyecciones mentales absurdas.
Algunos posts que hacían referencia a la tendencia que comentamos de nuevas formatos de facturación:
La tendencia al “Pay-as-you-go”: pagar por lo que has consumido o usado
Si piensa que los Clientes compran productos o servicios, no lea este post
Tu precio estará en función de los costes que me produzcas ¿Te parece bien?
Ese café me recuerda el viejo debate del marketing acerca de si compras taladradoras o agujeros. Y que en realidad tampoco compras agujeros, sino el placer que obtiene el propietario -y sus visitas- al contemplar las cosas colgadas de los clavos introducidos en esos agujeros, ya sean cuadros o máscaras tribales, pongo por caso.
Ese café no es un café sino mas bien una especie de club clásico inglés, pero por horas y con wifi. Una especie de parking cafetero. Un modelo similar al de Starbucks donde el abultado precio de un capuccino solo se explica por el uso de sus sofás, su iluminación oscura (de club inglés) y su ambiente. Toca juzgar si los clientes del café Ziferblat sabrán apreciar qué mercancía perceptiva están realmente adquiriendo aunque podríamos hacer la broma de que solo el tiempo lo dirá. Por cierto, en ese mismo estilo y con un nombre más que significativo, aún no cobrando por tiempo sino solo por cafés y combinados, todavía puede disfrutarse de «El café de las horas», junto a la plaza de la Virgen de València. Definido como «Original espacio neobarroco con cócteles».
Saludos,
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Cierto, es como un centro coworking más amigable, donde compartir tu vida con los demás ya sean amigos, Clientes, y también tu soledad acompañada de otros.
En Inglaterra es terreno sembrado para ese tipo de cafetería, pero tiene lógica universal.
El problema es que no pueden extenderlo a las cervezas o se quedarían los locales pequeños y los dueños arruinados.
Saludos Antonio,
R.
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En Urban Station El Golf (Enrique Foster Sur 110 Las Condes) ya es posible en Chile hace rato que funciona, Saludos http://www.conectamos.cl
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Pues es buena idea ahora hay que preguntarse es que? osea negocio para quien? y luego a discurrir tarifas para hacerlo viable y para ponerselo dificil a posibles compentencia co hay como una buena cocina y trato amable y un diseño acogedor, calido, intimo y adictivo. pero y la tercera edad? tendrá posibles ?
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Mercedes, no es un bar ni un restaurante, es un lugar agradable para estar un rato, reunirse con los amigos, hacer una reunión de trabajo o navegar por Internet. Ellos, para que estén bien en el local, aportan una conexión a Intnet de alta velocidad, café, zumos, te, pastas, tartas, etc. En mi opinión no hay que compararlo con nuestros bares, es otra cosa. Luego pued gustarte o no, claro está. El precio son tres libras la hora, aunque te lo cobran por los minutos que hayas estado. Nadie va a tomarse un café y un pedazo de tarta en un minuto y se va. Tal vez, la diferencia sea cultural.
Saludos y gracias por comentar,
Rafael
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