Cuentan que George Lucas estaba trabajando en los fundamentos de las que más tarde serían las mejores animaciones de la historia del cine. Trabajaban en su tecnología de animación avanzada, pero que no estaba basada en los gráficos por ordenador más novedosos. Llegó a sus oídos que una pequeña empresa especializaba en diseño gráfico por computación había desarrollado un algoritmo de renderización que funcionaba excelentemente para el propósito de Lucas, seguramente pensando en Parque Jurásico. Finalmente, fueron a ver una demostración a la pequeña empresa y, al dejar la empresa, uno de los técnicos que acompañaron a Lucas dijo: «Parece que los dinosaurios no se hubieran extinguido», a lo que Lucas respondió: «Los que estamos en peligro de extinción somos nosotros». Desde luego, su capacidad innovadora y reconocedora del valor no le permitió extinguirse, pero otras compañías como Pixar o Disney han acabado siendo los líderes y, la última de ellas, como la propietaria de todas ellas.
Con la transformación digital pasa algo muy parecido, las empresas nuevas conviven con las antiguas. Estas últimas son muertos en vida, pero no lo saben. Esperarán a la siguiente crisis o a la otra, pero están en la senda de los elefantes. ¿Se pueden salvar? Desde luego que sí, pero requieren la capacidad de refundación, ya no vale cuatro reformas cosméticas. Se puede ver en el juicio del llamado «Procés». No es la sala física lo único anticuado sino los sistemas informáticos que se utilizan para compartir la información entre magistrados, abogados, fiscalía y los acusados o los testigos. Se intenta maquillar, pero la verdad sale a flote. Los fiscales utilizando documentos en papel, un técnico que con frecuencia no proyecta el documento apropiado o la parte concreta del mismo o tener que estar cara al micrófono mientas abogados o acusaciones te hablan desde una posición más retrasada, entre otras cuestiones más con falta de Transformación Digital.
Cuando entras en una empresa que ha nacido en la era de la TD o que es de las que la ha procurado, se nota claramente desde el parking. En muchos casos, el primer cambio es que no hace falta ir físicamente para entrar en perfecta comunicación. En la era de escasez del petróleo en la que hemos entrado y hasta que se generalice una fuente de energía alternativa, no tienen sentido tantos desplazamientos físicos con una pérdida de tiempo brutal, costes de desplazamiento, riesgos colaterales y perjuicio del medio ambiente. El uso de la videoconferencia debe ser el primer paso. Todas la empresas deberíamos disponer de unas pequeñas salas preparadas para videoconferencias, con una buena cámara y micrófono o un portátil que los incluya; una luz adecuada y aislado de ruidos.
Por supuesto, la videoconferencia sólo es un elemento. Todo el modelo de negocio debe estar diseñado bajo el paradigma digital, pero si hemos de comenzar por algo, que sea por un avance como lo es evitar mil y un desplazamiento a los largo del año, con sus perjuicios para todos.