Muchas empresas están enfermas. Siempre es difícil determinar lo que les pasa, pero han perdido su foco incluso en aquellos casos que sí lo tuvieron en su momento. Es como si se hubieran desencajado las piezas y los engranajes ya no casan chirriando hasta en las cuestiones más nimias.
Con frecuencia, la cuestión es consecuencia de un estado de ánimo, como cuando un goleador pierde la puntería y no da pie con bola, hasta que un día vuelve a ver puerta y a golear. ¿Qué pasaba, se le había olvidado cómo meter goles? No, simplemente había perdido la confianza o el foco que le hizo ser efectivo durante años.
En las empresas también pasa, tenemos que ver cómo podemos revertir esa situación. Cómo saben la homeopatía es ese sistema de medicina alterativa que creó Hahnemann y que se basa en que «Lo similar cura lo similar». De todos es sabido la controversia que existe con el tema y la absoluta negación de la medicina oficial sobre esta alternativa a la que -ante algunos resultados obtenidos- tachan de efecto placebo con los enfermos. No me extrañaría, la mente tiene potencias sorprendentes.
Aplicado a la empresas, también aprecio que hay ciertas intervenciones que generan una disposición en la que los engranajes vuelven a encajar perfectamente con una pequeña ayuda que resuelve todos los problemas, ampliaré los detalles.
En una empresa cliente de larga trayectoria habían dos departamentos nucleares que funcionaban, pero la integración con el resto y la coordinación del propósito no funcionaba correctamente. Las personas etapas altas y bajas y eso afecta a nuestro entorno personal y profesional, por muy experimentados que seamos. La cuestión es que, en una intervención en el ámbito del Marketing y las Ventas de la compañía, apliqué la metodología ágil que utilizo siempre. En una sesión en la que asistió el director general, yo me basé en mi herramienta para contar la situación y la gestión para ruta de la mejora. Era el soporte a mi plan, fue como si hubiese utilizado la Excel para contar lo que estaba haciendo. Llevo tantos años utilizando esta metodología ágil -muy popular en las empresas de software- que ya no me doy cuenta ni le doy más importancia, pero el director general se quedó con la copla y me pidió vernos otro día. Su objetivo era la metodología de gestión de resultados que yo aplico al M&V, pero que puede ser aplicada a cualquier área a gestionar para los resultados.
Finalmente, se decidió utilizarla para toda la empresa y con gran éxito. Quiero pensar que mi intervención en el área comercial les ayudó positivamente, pero fue mi cambio en su gestión con un formato estructurado lo que dio un gran impulso. Fue una mejora en una parte pequeña de la empresa -aunque de gran importancia- la que contagió a la empresa de un nuevo modelo que les supuso una palanca para volver a una gestión coordinada por el hecho de ver cómo se resolvía en un reducto, más allá de la mejora conseguida en el departamento objeto de la intervención. No siempre pasa de esta manera, luego esa empresa es especial sólo que había perdido el rumbo momentáneamente, cosa que suele pasar hasta a los mejores exploradores.
En este caso y aunque sea de forma inversa, el claim de la homeopatía funcionó. Un sistema de gestión colateral aplicado a un punto desequilibrado, devolvió el equilibrio a toda la organización.