La primera vez que escuché la conveniencia de pivotar en los emprendimientos cuando los supuestos del proyecto parecían no fraguar, me pareció una falta de rumbo. Luego, la práctica me ha enseñado que es una técnica que resuelve la falta de conocimiento del mercado, de su situación y demás avatares del destino.
Bueno, puede parecer hasta lógico: si me lanzo a un mercado de un día para otro sin conocerlo bien, tendré que enmendar el rumbo -las veces que haga falta- sin importar lo que haya contado al inicio de cual era mi destino. Lo han hecho todos. Muchos grandes consiguieron millones de usuarios y luego han pensado cómo monetizarlo y así siguen algunos de ellos.
Para mí, la verdad, es que esas empresas veleta acaban vendiéndose -que seguramente- es lo que tenían pensado los emprendedores- y, con suerte, se llevarán una buenas cantidades que no son nunca las que se dicen en la prensa.
En mi opinión, Osterwalder es un autentico listo, una persona inteligente que visualizó cómo podía conseguir que 200 personas bastante menos listas que él le ingresaran 25$ por figurar en una página de su libro por haber enviado «un par» de correos con sugerencias. La primera tesis doctoral autofinanciada. Los más tontos de los 200 menos listos que Osterwalder, le han hecho caso y viven en su mundo burbujil de emprendedores de NY en cualquier mala calle del mundo. El Canvas tiene su gracia en cuanto que te obliga a especificar lo que tienes en la cabeza, pero si crees que con eso tienes estructurada tu empresa en relación con la realidad, es que tienes alma de canguro y vas a dar más saltos que un atleta de gimnasia. O como diría Paco Ibáñez: ¡A pivotaaar, a pivotaaar!
En fin, esta vorágine de ser empresarios antes de hora, cuando todavía no sabes nada de nada, debe ser un negocio para alguien que no quiere dar la cara. Las empresas gacelas no existen, sólo existen empresas con padrinos que van bien por narices aunque no tengan sustancia. La primera vez -allá por el 96, aproximadamente- me comentaron que había una empresa gacela en Valencia con mucho futuro y, sí, el empresario se hizo muy conocido y ahora goza de unas largas vacaciones en Picassent.
Hay ejemplos exitosos de empresas gacelas, unicornios o tigres de Bengala, pero -al final- son gente que sabe cuáles son los caminos y los recorre, pero son empresas que no se quedan, que nadie recuerda a los cinco años de su venta. Eran oportunidades de negocio que ellos vieron o que -simplemente- otros les indicaron que las crearan. La lista de empresas que consiguieron mucho dinero en sus rondas y su venta y, que nadie recuerda, las hay a miles, ¿hacemos la lista? Hay empresarios, oportunistas de negocios y listos burbujeantes.
El tiempo es el único que pone a cada uno en su sitio, a todos…