Sí, se lo han dado a la empresa que pagó lo que pedían y lo han celebrado por todo lo grande. Una inmensa fiesta con los fundadores y todos los empleados llevando la camiseta de la empresa. Una gran oportunidad para rememorar aquellos difíciles momentos iniciales y criticar a las start ups actuales por falta de lo que ellos tenían.
Leo en un artículo en una revista de economía, bueno, en una de esas que pagas para que digan lo que tú quieres, que una determinada empresa espera facturar cerca de los cinco millones de euros en 2020, para lo que tendrá que darse prisa porque en 2019 no ha llegado a dos millones ni de lejos (este post se escribió antes de la crisis de la pandemia). En fin, saber la verdad en nuestros días está muy complicado, el problema es que contando tantas mentiras a todas horas te las llegas a creer y acabas diciendo a tus familiares y amigos más próximos lo contrario de lo que todos saben, la verdad.
¿Fake news? No, fake humans. En esta época se ha proclamado el estado de la mentira y todos tragamos con ello. ¿Para qué esperar a ser alguien en un mercado? Vamos diciendo lo que nos gustaría ser antes de llegar a la mitad del camino.
Sin duda, estamos al final de un movimiento pendular, en un momento sin pensamiento crítico, en una época de adolescencia directiva en la que un director hace una leve queja de un comportamiento de la empresa y el responsable se echa a llorar delante de todos y, un compañero que está sentado a su lado le consuela con un: «Los hombres también lloran…». Es cierto, hombres y mujeres lloramos, pero debe ser por causas más importantes de lo que lo haría un niño de cinco años porque no consigue el regalo que esperaba. Tal vez sea por eso que van a utilizar a niños para que lideren movimientos globales, cuando lo que tendrían que hacer es estar en el colegio.
Como decía, la verdad y el mérito están en peligro en este trayecto pendular, tendremos que esperar a la vuelta para ver si cumple el camino contrario o -como uno de Foucault- lo busca describiendo un círculo a golpes pendulares.
Todo el mundo está empeñado en la impostura, simulando lo que les gustaría ser insultándote doblemente: una por mentirte y otra por creer que no te das cuenta.
No, no parece que la promesa de mejora no se ha cumplido. Esa economía del conocimiento y de la meritocracia que se anunciaba no ha llegado de verdad, pero estoy convencido de que llegará y que los hechos y el mérito volverán a imponerse. Lo único que pido es que mi época siga siendo pacífica y que vea una nueva economía en la que todos trabajamos en lo que queremos o casi y podemos vivir dignamente de ello.
Tal cual, a todo el mundo le va genial y se van a comer el mundo.
Me gustaMe gusta
Son cosas de la época. Es muy difícil saber la verdad. Todo el mundo está más preocupado de aparentar que de ser… Saludos
Me gustaMe gusta
No deja de ser otra acción de marketing, del que da mala imagen. Pude tener algún efecto a c/p, paro al final la verdad verdadera es la que le llegará al cliente.
Me gustaMe gusta
Sí, al menos es lo que espero 😉 Lo auténtico siempre dura más, eso es cierto. Saludos
Me gustaMe gusta