
Es una idea que viene de los seguidores de las monedas alternativas y puede que sea una buena idea en este momento que todos los gobiernos quieren que nos pasemos a operar a través de transacciones bancarias/electrónicas. Verán por qué lo digo…
La corrupción sólo tiene una cosa buena y es que genera economía. Sí, aunque parezca mentira. Los que consiguen dinero por operaciones que incorporan prácticas de corrupción (también operaciones en dinero negro, aunque sean de negocios -incluso- legales), no pueden justificar esos ingresos para que se puedan depositar en un banco, luego su tendencia es a gastarlo en cuestiones que puedan pagar en cash. Lo mismo pasa cuando tenemos un papel moneda que tiene un valor facial perecedero por desgaste (siempre que no se pueda ir al banco a cambiarlo, claro). En las economías antiguas, el dinero te lo tenías que gastar antes que ya no pudiera distinguirse cuál era su valor facial, tanto en moneda como -más tarde- billetes.
Ahí radica su encanto, te lo tienes que gastar y no se guarda en un banco que lo devolverá a la economía titularizado y multiplicado por 6, creando una economía virtual fuera de la realidad. Uno , cuando ve que sus billetes están a punto de «caducar» se los gasta para no ser el último que pueda utilizarlos. Es una forma clara de insuflar dinero al mercado y no tenerlo en el colchón ni muerto de risa en una cuenta bancaria.
No voy a comentar, lo complicado que sería comprar a través de comercio electrónico, aunque hay sistemas que te pueden cargar contra un crédito o una cuenta bancaria con liquidez, pero limitaría sin duda. Con lo que el comercio local se ve beneficiado porque el pago con dinero casi siempre es de proximidad. Independientemente, de que yo sea un buen usuario de los sistemas de comercio electrónico.
Ya sé que los tiros no van por ahí, esa es la prueba de que el objetivo no es mover y generar más economía. Las monedas sociales o alternativas en general, sí que incorporan la característica de ser un medio de pago perecedero y lo hace rodar cambiando de manos, evitando la acumulación.
Como decía mi amigo Agustín: «Nunca vivas donde no lo hicieron los romanos», ahora se podría añadir: no hagas -en economía- lo que no hicieron los romanos. La propia evolución de la sociedad y la economía, nos ha traído grandes mejoras, pero también grande males.
Comento todo esto como idea, otras naciones -como Suiza- implementaron estas monedas sociales/locales en tiempos de crisis y las han mantenido en la actualidad con un banco que la gestiona con el propósito original. Por algo será, allí hay dinero por castigo en los bancos. En la crisis de 2008 hubieron muchas iniciativas en el mundo, incluidas Europa y España. Tal vez les haya llegado su momento, de nuevo.
Para llevarlo a nuestros días, quede claro que estos sistemas se pueden utilizar en formato electrónico utilizando móviles o tarjetas de contacto, basta con que el gestor esté por la labor y propósito comentado, no tiene por qué ser en formato papel o ficha. Sin olvidar que ese «dinero» tendrá fecha de caducidad y se quedará (será utilizado) en la ciudad o comarca.