Esa es la diferencia que nos separa del resto de países industrializados del resto de Europa y otras zonas. Su base industrial son pequeñas industrias que vieron productos de valor añadido que se pueden vender a nivel mundial. Muchas fábricas españolas se han visto obligadas a producir otros productos debido a la pandemis, demostrando que no se habían calentado mucho la cabeza cuando decían que no vendían su producto tradicional.
Trabajando el neopreno para cuestiones muy exigentes de aislamiento del agua, templado de vidrios especiales, balsas de salvamento, las mil y una aplicaciones del grafenos, piezas para los automóviles para restauración o creación de Muscle Cars, aplicaciones innovadoras del caucho, nuevos sistemas de construcción, trabajos especiales con madera, y así mil aplicaciones industriales que con un taller pueden llegar a clientes en todo el mundo cobrando bien por su trabajo especializado y fuera de los estándares.
¿Por qué no lo hacemos nosotros? Pues lo hacíamos, pero esos pequeños talleres se abandonaron porque estaban regentados por «artesanos industriales» que al jubilarse no encontraron continuidad en sus descendientes que quisieron pasar al salario fijo. La desaparición de esos talleres no fue cubierta por las empresas industriales medias y grandes que prefieren dedicarse a productos de volumen. ¡Qué pena de fresadores, de fábricas de textiles, de la seda, de vidrio especial, alimentación artesanal, etcétera, que cerraron!
Esas pequeñas fábricas son las que reinan en Alemania, Francia, Inglaterra, Países Bajos, etcétera, con miles de constructores de gran técnica constructiva que tienen un buen mercado con las casas singulares en la campiña y también en el centro de las ciudades. Nosotros optamos por la construcción rápida, estandar y no de muy buena calidad.
Este modelo productivo es el que genera economía y nivel de vida. No se crea de un día para otro, se trata de potenciar la industria secundaria para que puedan dedicarse a otros temas de valor y con merecado, si las empresas grandes cierran o se acaba un mercado. En nuestro país, muchas nacionales crearon a su alreredor un gran cinturon de empresas auxiliares que evolucionaron por demanda de la multinocional y mejoraron su calidad y métodos de producción brutalmente, pero cuando la multinacional cerró por ajustes en los mercados internacionales, las empresas locales también cerraron.
Nos falta volver a valorar a los talleres, a esas pequeñas industrias que hacen lo que es complicado de automatizar, mirando más mercados del que está a 30 kilómetros. Con decir que se va a cambiar el modelo productivo, no se cambia.