Constantemente se habla de los fordistas y tayloristas como si fueran sistemas diferentes. No lo fueron, aunque cada uno introdujo ciertas características los sistemas de Taylor y Ford tenían los mismos fundamentos, pero se ignoraron. En aquellos años, muchos inventores habían llegado a sus innovaciones con muchas aportaciones, el mismo Edison es un ejemplo de está «colaboración» inventiva entre varios aportadores. Llegado un momento, tanto Ford como Edison pensaban en construir lo que hoy entendemos por un automóvil (en movimiento generando su propia energía). Edison vislumbraba el coche eléctrico, pero no puedo resolver el problema de una batería que aportara la independencia suficiente al vehículo. Parece que seguimos en ello. Ford le encontró después de varios prototipos con un motor de combustión y Edison le comentó que la suya era una buena solución: se auto generaba su propia energía lo que permitía la movilidad.
En los primeros años como empresario, Henry Ford fue un gran innovador con gran capacidad en la ingeniería y, además, imbricándose en una mejora de la sociedad de su tiempo y de las siguientes. Las personas que son capaces de intuir cuál es la dinámica de una economía y cómo podría ser guiada hacia la evolución de la sociedad humana. La clase media le debemos nuestra existencia a Taylor y Ford, ellos, creando maestros de pequeñas especialidades industriales, permitió que una buena parte de los empleados desarrollasen su economía familiar y con ello la sociedad.
Ford tenía la ventaja de ser el dueño de la empresa en la que introducía sus innovaciones, ya que a Taylor le costaba más y muchos empresarios y sindicatos le tenían cierta animadversión, parece lógico, él estaba cambiando la industria y creando una nueva economía que nos ha traído hasta aquí bien comidos.
¡Qué personajes! Ambos eran conscientes que fabricando a bajo coste y haciendo posible que un buen número de personas podían tener un coche Ford, la economía podía dar un salto y crecer con una buena cantidad de nuevos negocios. Henry Ford se percató que su misión debía llevarla a otros lugares del mundo y que no podía limitarse sólo a los Estados Unidos. Jugó con la integración vertical y generaba el caucho suficiente para los neumáticos de los coches que fabricaba y acabó con extensiones interesantes de bosques en Brasil. Entonces se veía como lejano el perjuicio que podía acarrear esa estrategia.
Su objetivo fue la optimización de la capacidad de sus fábricas. Constantemente fue aumentando el output manteniendo el nivel de los recursos y contando con la colaboración de los empleados, a los que remuneraba consecuentemente al éxito que le procuraban.